¿Podrías contarnos algo sobre ti y tu hija? ¿Qué ha cursado y qué opciones educativas sopesasteis tras el instituto?
Maria Lluïsa es una jovencita con una misma ilusión desde su infancia: ser médico a toda costa. Para cumplirlo, cursó bachillerato sociosanitario sacando buenas notas, pero la oferta y demanda española solo es para la jet set. Yo tuve que desplazarme a otra provincia para estudiar, en mi caso Ingeniería técnica industrial y después Ingeniería química, pues en Baleares no había la formación que deseaba. Esto me hizo salir de mi zona de confort y madurar. Como padre siempre he motivado a mis hijos para que luchen para cumplir sus sueños.
Estudiar en una universidad privada en España solo tiene el aliciente de estudiar en tu lengua materna, pero el reto del idioma hizo que sopesásemos ir al extranjero. El primer paso lo dio ella cuando me dijo, “papá ayúdame a alcanzar mi sueño”, lo que es muy valiente por su parte.
Antes de tomar una decisión, ¿qué países y universidades considerasteis? ¿Qué aspectos fueron más relevantes y cómo os decidisteis por medicina en el extranjero?
Consideramos diferentes universidades: la de Kaunas en Lituania (tuve buenas referencias), la de Riga en Letonia (por buenas referencias de antiguos alumnos y el feedback del presidente del sindicato de médicos de mi comunidad) y dos de Eslovaquia (aparte de las referencias, también motivado por la buena conexión por los desplazamientos).
Al final Letonia nos ofreció algo diferente a las demás: valoran la cultura y valores humanos, con cartas de recomendación de profesores de instituto (muy bonitas todas), de organizaciones culturales… Con esto, y sopesando recomendaciones de profesionales del sector, esta fue la ganadora.
¿Cómo vivisteis el proceso de admisión y alojamiento? ¿Cómo conocisteis educoWay y qué papel jugó en ello? Como padre, ¿qué te parecimos? ¿Volverías a contratarnos?
Los procesos de admisión y alojamiento no son complicados en sí mismos, pero la dificultad reside en tener una buena interlocución con las universidades y tener experiencia en tramitación de documentación. educoWay nos formó en toda la documentación con palabros que no habíamos oído nunca: “apostilla de la Haya”, “declaraciones de obtención tardía de título de bachiller”, etc.
Nosotros buscamos un equipo que nos pudiese asesorar de forma adecuada dada la complejidad de un mundo totalmente ajeno a nosotros. Me entrevisté con agencias y elegí educoWay motivado por las entrevistas que conseguí con antiguos alumnos a través de las redes sociales, la elección fue fácil. Álvaro fue nuestro interlocutor con gran paciencia por mi insistencia, pero a día de hoy tenemos una relación más allá de lo profesional.
¿Crees que el proceso realizado con educoWay le ha servido a tu hija como un aprendizaje y preparación previa? ¿Cómo un desarrollo personal?
Segundo de bachillerato y además sumar el estrés de preparar la EBAU es un proceso muy duro para ellos, además súmale todo el proceso de búsqueda de universidad. educoWay inspiró confianza encargándose de toda la parte de la universidad, para que ella se pudiese centrar en conseguir lo que realmente estaba en sus manos. Además, yo como padre soy muy organizado y con la asesoría de educoWay conseguimos todo en tiempo y forma, unas planificaciones perfectamente definidas y guiados. Maria Lluïsa se dio cuenta que educoWay puede hacer mucho, pero los padres también debemos estar implicados.
Además, educoWay nos facilitó informaciones necesarias para poder hacer los exámenes, preguntas de examen, libros en inglés, recomendaciones para las entrevistas…
Para el alojamiento, educoWay nos presentó un portfolio de opciones muy variadas dándote la posibilidad de elegir dentro de diferentes aspectos. Nuestra residencia está apartada de la universidad, pero cerca del centro para los momentos de ocio y descanso.
Después de visitar Riga y la universidad donde estudia tu hija, ¿qué opinas? Tras el comienzo de las clases, ¿se encuentra a gusto? ¿Dónde la ves en cinco años?
Los resumiré en una sencilla frase “veo pasión en sus ojos”.
Letonia, como país, me sorprendió culturalmente, tiene todo de una gran capital y no está masificada: un transporte excepcional (tranvías, trolebuses y buses), con precios muy asequibles; una limpieza fuera de lo común, ni una colilla, ni plásticos… Cierto es que aún tiene mucha cultura rusa pero la gente está abierta a los extranjeros y se esfuerzan por comunicarse. Otra cosa sorprendente dentro del punto de vista de oferta cultural es que se puede ir a la ópera o al ballet por 15€.
Y ¡hay tiendas de producto español! Para cuando nos pega morriña. En el super se puede encontrar fuet, jamón serrano y aceite (el oro líquido de nuestra dieta mediterránea). El nivel de vida es muy asequible, ya que la inflación no es la que hemos sufrido en España. Vale la pena ir al mercado de Riga, que cuenta con fruta espectacular (montañas de arándanos, frambuesas, naranjas etc.).
Referente a la universidad vimos un centro orientado a estudiantes internacionales, con todo tipo de servicios para guiarlos con una semana introductoria donde te daban información desde los procedimientos de inmigración, salud, seguridad, etc.
Le pregunté el otro día cuál era su clase favorita y me dijo que no me lo podía decir, todas le gustan. El método de enseñanza es híbrido, con clases reducidas presenciales de 15 alumnos y otras a distancia por videoconferencia, todas grabadas para que las puedan repetir para poder estudiar. Los test online que dependen de la asignatura son un 10% de la nota final, motivándolos desde el primer día. El idioma es un miedo, pero olvídalo que con la formación que tienen y una buena predisposición mejoran por días. Ha aprendido a estudiar de forma eficiente, y tiene tiempo para ocio y deporte. Mi hija no se ve haciendo el traslado de expediente, quiere acabar la carrera aquí. Se da cuenta que una comunidad internacional le aporta una nueva experiencia con un valor que en un futuro siempre la beneficiará, pero también le quita miedos para retos futuros.
CONTACTA CON EL EQUIPO DE ORIENTACIÓN DE EDUCOWAY
"*" señala los campos obligatorios